jueves, 18 de junio de 2009

Niños y jóvenes mexicanos ante Internet


Un estudio reciente, realizado en colaboración con la Fundación Telefónica, la Universidad de Navarra y Educared, y titulado “La Generación Interactiva en Iberoamérica. Niños y adolescentes frente a las pantallas. Retos educativos y sociales", analiza el uso que hacen los niños y adolescentes de la tecnología. Este estudio fue presentado a finales del año pasado y realizado a veintidós mil niños y adolescentes de 7 países latinoamericanos, entre los que se encuentran México (se encuestaron a 8,927 niños desde primer grado hasta secundaria, en su gran mayoría en colegios públicos), Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela. El informe revela que el 42% de los niños iberoamericanos encuestados de 11 años prefieren Internet a la televisión, y el porcentaje sube hasta el 60% en el rango de adolescentes entre 14 y 15 años. 

Para los niños y adolescentes iberoamericanos estar “desconectado” o no tener acceso a Internet significa estar prácticamente “muertos”, socialmente hablando.

¿Qué está pasando en México?

La tenencia de computadora en los niños mexicanos en sus hogares en zonas urbanas alcanza cerca del 70%, en cambio más de la mitad de los menores en zonas rurales afirma no usar ninguna computadora por lo que queda de manifiesta una enorme desigualdad de lo rural frente a la ciudad.

Entre los menores mexicanos que usan Internet, el lugar de acceso más habitual es el hogar (casi 40% de los casos), mientras que el 32% de los niños rurales lo hace desde la escuela. Su uso en casa entre semana, en el caso de los jóvenes mexicanos del entorno rural que disponen de acceso a Internet, es diferente al fin de semana: de lunes a viernes un 15% afirma no usar la Red, y un 7% lo hace menos de una hora, mientras que los heavy users declaran que usan Internet más de dos horas, pero sólo el 11% de los casos.

En México, según el último “Estudio de consumo e Internet del IAB” (Interactive Advertising Bureau –http://www.iabmexico.com-), llevado a cabo por Millward Brown y TGI™ publicado en julio de 2008 en México, revela que Internet es actualmente el tercer medio más utilizado en México, después de la televisión y la radio, donde el usuario pasa alrededor de de 4.49 horas cada vez que se “conecta a Internet”, de los cuales lo hace de manera activa durante 3.56 horas por ocasión. De acuerdo a los datos de penetración de Internet proporcionados por TGI, 3 de cada 10 mexicanos acceden a este medio. Otro dato relevante según esta fuente es que cada vez más mexicanos tienen acceso a Internet, siendo utilizado ya por más del 20% de la población y más del 26% en zonas urbanas. 

Si bien para la media de los niños y jóvenes encuestados de los países participantes en el estudio de “La generación interactiva en Latinoamérica. Niños y adolescentes ante las pantallas”, navegar solo por Internet es la opción mayoritaria entre los niños de 10 a 14 años y de éstos, el 20% reconoce fingir ser otra persona en los chats; el 30% ha quedado en la vida real con alguien que ha conocido en Internet, en México se agudiza ya que, los niños de 6 a 9 años de las zonas rurales responden en un 30% que lo hacen solos, un 22% con algún amigo, un 19% con algún hermano, un 11% con su padre, un 13% con su madre y un 14% con un profesor. En la zona urbana mexicana, para los jóvenes y niños navegar por Internet es una experiencia autónoma en relación a la media latina.

Esta información nos advierte el peligro que hay para muchos niños que acceden a información no apta para su edad, o en el peor de los casos, son contactados por personas adultas para fines peligrosos. De hecho, uno de cada tres jóvenes reconoce que tiene un amigo virtual y que lo ha conocido en persona. 
Los mundos virtuales y las redes sociales para niños y jóvenes se han convertido en el modus operandi de sus comunicaciones: los niños no sólo conocen a nuevos niños y profundizan en sus relaciones con estos niños que acaban de conocer en Internet, sino que también prolongan sus relaciones con niños que ya conocen en la vida “normal”.
Un 40% de los niños y jóvenes mexicanos rurales cree que tiene un nivel medio de experiencia y pericia en la Red, y un 32% estima que su nivel es avanzado por lo que se creen seguros en ella; sólo un 13% se considera expertos, y por el contrario un 12% como principiantes, donde curiosamente en la ciudad, el 23% de los adolescentes mexicanos se considera principiante.

La familia adopta el papel de mediador frente a la Red en el sentido de que ejercen algún tipo de protección cuando sus hijos navegan en Internet. Así, el 61% de los adolescentes mexicanos de las zonas rurales sus papás les preguntan qué hacen, al 47% les echan un vistazo, a un 11% les ayudan, y sólo otro 11% se sientan con ellos a ver qué páginas visitan.

También resulta muy interesante ver las prohibiciones que los papás hacen a sus hijos para navegar en Internet. Por ejemplo, al 61% de los jóvenes del ámbito urbano sus papás no les dejan comprar, y a un 67% no les permiten dar información personal. Un 21% afirmó que sus padres no quieren que contesten encuestas por Internet, y tampoco les permiten enviar mensajes SMS a celulares en un 15% de los jóvenes. Con menor incidencia, la prohibición de que jueguen o vean videos por Internet (6% y 11%, respectivamente). En cambio, hay que destacar que existe un 13% que afirma no tener ningún tipo de restricción paterna para navegar por Internet, es decir, lo hace libremente y sin supervisión.

  • Arribas, A. & Islas, O. (2009). Niños y jóvenes mexicanos ante Internet. Razón y Palabra, (67). Recuperado el 18 de junio de 2009, de http://www.razonypalabra.org.mx/N/n67/varia/aarribas.html

Adicciones y Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación.


Naval, Sábada, Bringué, (2003) concluyen que un 73.9% de los jóvenes de Barcelona entre 15 y 19 años son usuarios de Internet y se conectan aproximadamente unos cinco días a la semana, pasan en total unas 7 horas y media conectados semanalmente, y dedican sus horas de navegación, principalmente a utilizar los servicios de mensajería instantánea MSN y Chat.

Los jóvenes se socializan alrededor de las pantallas, pobladas de representaciones en un presente continuo, hiperpresente, en un ahora, rápido e inmediato.


  • Del Pozo, J., Pérez, L. & Ferreras, M. (2009) Adicciones y Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación: Perspectivas de su uso para la prevención y el tratamiento. Recuperado el 15 de junio de 2009, de http://www.riojasalud.es/ficheros/libro_drojnet.pdf#page=20

Niños y jóvenes en la Sociedad de la Información. Acceso y uso de Internet en América Latina



La "generación @" es la primera generación que creció con Internet y las nuevas tecnologías y se encuentra inmersa en la Sociedad de la Información. Ésto se refleja no sólo en la notoria habilidad y naturalidad de los jóvenes y niños en el manejo de los nuevos artilugios tecnológicos, sinio que se hace especialmente evidente en la forma en que las nuevas herramientas de comunicación han transformado sus modos de estudiar, aprender y relacionarse. Tan partícipes son estos niños y jóvenes de la sociedad en red que se ha observado un crecimiento del más del 1,400% en el uso de Internet por los niños desde 1998 al 2004 (comparado con el 555% de la población total con acceso a Internet en el mundo desarrollado), que demuestra que la aceptación de este medio entre la población joven es espectacular (Moragá y Contreras, 2005)

En España, por ejemplo, siete de cada diez niños de entre 10 y 14 años utilizan habitualmente Internet (el 72.3% de los menores entre 10 y 14 años son usuarios de la red), lo que supone un 24.4% más que la población que utiliza Internet entre los 16 y los 74 años (47.9%)

Y respecto a los jóvenes la situación es similar. Según una encuesta realizada en 2007 a más de 7,500 universitarios estadounidenses, el 97% de los jóvenes posee una computadora personal, el 76% utiliza mensajeros instantáneos, el 15% está conectado 24 horas al día en los mismos.

Esta cotidianidad en el uso de las nuevas tecnologías ha hecho que algunos se refieran a la "generación @" como "nativos digitales". Este término fue creado por Marc Prensky (2001) y hace especial hincapié en el hecho de que, como consecuencia de este intensivo uso o apropiación de las nuevas tecnologías, los jóvenes y niños de esta generación piensan y procesan la información y se relacionan socialmente de una forma fundamentalmente diferente a la de las generaciones anteriores.


Frick, M. (20007). Niños y jóvenes en la Sociedad de la Información. Acceso y uso de Internet en América Latina. Recuperado el 18 de junio de 2009, de http://www.generacionesinteractivas.org/wp-content/uploads/2008/11/mfrick-paper.pdf

La Generación Messenger: Relevancia de la mensajería instantánea en la adolescencia chilena


La mensajería instantánea pasa a ser una importante herramienta para los procesos de socialización de los jóvenes, ocupando el lugar que en décadas pasadas tuvo el teléfono. A diferencia de otras tecnológicas, la mensajería se convierte en uno de los pocos elementos comunes que cruza los segmentos sociales y las variadas tribu urbanas en las cuales los jóvenes chilenos viven sus procesos de construcción de la identidad.


Existen pocas cifras para cuantificar la relevancia de la mensajería entre los adolescentes. Según los datos recabados por Boneva et al. (2004) el 83% de los quinceañeros norteamericanos (teenagers) usa la mensajería. El 72.4% se conecta uno o dos días a la semana. Mientras el 52% de los encuestados conversa con alguien el día anterior a ser entrevistado para dicha investigación.


La investigación del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) sobre el uso de la PC del 2002 menciona que un 72.8% de los encuestados reconoce que chatea (la encuesta no hace diferencia entre el chat y la mensajería instantánea), de los cuales un 46.7% los usaba de forma regular, y un 26.1% de forma ocasional.


Los datos otorgados por Cárcamo y Contreras (2007) señalan que la conversación por messenger es el primer lugar de las actividades electrónicas consultadas, con una frecuencia de conexión de 3.6 días a la semana.


En la tesis de Nesbet (2007) los porcentajes resultan ser aún mayores. El 44% de los encuestados se conecta todos los días, el 24% tres veces a la semana y el 23% una vez a la semana.


Entre los usos de la mensajería dicha tesis respalda la teoría de De Laire (2001) sobre el rol del messenger como espacio en el cual los jóvenes continúan sus procesos de socialización, un aspecto que tiene una importancia fundamental en el proceso de construcción de la identidad, como lo señala Virginia Toledo (1998) y Boneva et al. (2004), entre otros. En consecuencia, para un 90% de los estudiantes secundarios encuestados por Nesbet (2007) "conversar con amigos" estuvo en su 1ª o 2ª prioridad en los usos de la mensajería.


  • Cárcamo, U & Nesbet, F. (2008). La Generación Messenger:Relevancia de la mensajería instantánea en la adolescencia chilena. Última década, 16(28), 35-49.

Técnicas de muestreo: Muestreo Estratificado

INTRODUCCIÓN

El objeto de la inferencia estadística es determinar algo acerca de una población con base en una muestra. La población es el grupo completo de individuos u objetos de estudio, y la muestra es una parte o subgrupo de esa población.

Una muestra es un medio utilizado para inferir algo acerca de una población.

Muestreo de la población

En muchos casos, el muestreo es la única forma de determinar algo acerca de una población.

Métodos de muestreo de probabilidad

En general, hay dos tipos de muestras: la muestra probabilística y la muestra no probabilística.

Muestra probabilística: Muestra que se selecciona de modo que cada integrante de la población en un estudio tenga una probabilidad conocida (pero distinta de cero) de ser incluido en la muestra.


MUESTREO ALEATORIO ESTRATIFICADO

Muestreo aleatorio estratificado: Una población se divide en subgrupos, denominados estratos, y se selecciona una muestra de cada uno.

Después de que la población se ha dividido en estratos, puede seleccionarse una muestra proporcional o no proporcional. Como el nombre lo dice, un procedimiento de muestreo proporcional requiere que el número de elementos en cada estrato tenga la misma proporción que se encuentra en la población.

Por ejemplo, el problema puede ser estudiar los gastos de publicidad de las 352 compañías más grandes en Estados Unidos. Supóngase que el objetivo del análisis es determinar si las empresas que pagan altos dividendos (una medida de rentabilidad) gastan más por cada dólar de ventas en propaganda, que lo que destinan a eso las compañías con bajos dividendos o en déficit. Considerando que las 352 empresas se dividieron en cinco estratos. Si se han de seleccionar 50 empresas para un estudio intensivo, entonces se estudiaría una organización con un nivel de rentabilidad de 30% o mayor, se seleccionarían aleatoriamente cinco empresas en el estrato 20-30 por ciento, y así sucesivamente.

En una muestra estratificada no proporcional, la cantidad de elementos estudiada en cada estrato es desproporcionada respecto de su número en la población. Luego se ponderan los resultados de la muestra de acuerdo con la proporción del estrato respecto a la población total. Sin considerar si se usa un procedimiento de muestreo proporcional o no proporcional, cada elemento o persona de la población tiene probabilidad de ser seleccionado para la muestra.

El muestreo estratificado tiene la ventaja, en algunos casos, de reflejar con mayor precisión las características de la población, que el muestreo aleatorio simple o el aleatorio sistemático.




jueves, 11 de junio de 2009

Análisis de varianza

ASPECTOS BÁSICOS

El análisis entre la varianza de dos o más muestras permite evaluar si éstas son iguales o diferentes.

Fórmula para calcular la varianza de una muestra


Fórmula para calcular la varianza de una población


La distribución utilizada en el análisis de varianza es la distribución F, que resulta de dividir la varianza intermediante entre la varianza interna.


Fórmula para calcular la razón F


Fórmula para calcular la varianza intermediante


Fórmula para calcular la varianza interna

k = número total de arreglos
n = número de datos originales por arreglo


PASOS A SEGUIR PARA REALIZAR EL ANÁLISIS DE VARIANZA

1. Plantear el juego de hipótesis.

2. Determinar el estadístico de prueba, que para este caso será la distribución F.

3. Fijar el nivel de significación de la prueba. La distribución F cuenta con dos tablas de valores, una correspondiente al 1 % y otra al 5%, para encontrar el valor de Fα se localiza en la parte horizontal de la tabla el valor de k-1, y en la parte vertical n-1 (multiplicado por el número de muestras), la referencia cruzada nos arrojará el valor buscado.

4. Establecer la regla de decisión.

5. Tomar la decisión.


martes, 2 de junio de 2009

Unidad III. Prueba de Hipótesis

ASPECTOS BÁSICOS

Hipótesis: Afirmación de un determinado evento.

En algún determinado evento la hipótesis debe someterse a una prueba.

En estadística las hipótesis surgen cuando no es posible estudiar al total de una población.

Las hipótesis se plantean en parámetros poblacionales.

La medición se realiza con estadísticos de prueba.

Planteamiento de Hipótesis

Cuando se plantean hipótesis se debe de contar con un juego de hipótesis:

La hipótesis nula o de trabajo (Ho), la que buscamos comprobar.

La hipótesis alternativa (Ha), es la afirmación contraria de la Ho.

Se debe señalar el parámetro poblacional que se utilizará en la hipótesis.

El signo de igualdad siempre se pone en la hipótesis nula.


PRUEBA DE HIPÓTESIS DE MEDIA MUESTRAL Y MEDIA POBLACIONAL

1. Definir el juego de hipótesis

2. Establecer el nivel de significancia.

Nivel de significancia: Porcentaje de error máximo que estamos dispuestos a tolerar. Regularmente se da en valores de 1%, 3% y 5%.

Error de tipo I (α)
Rechazar una hipótesis nula cuando es verdadera.

Error de tipo II (β)
Aceptar una hipótesis nula aún cuando es falsa.

Regularmente, salvo que se indique lo contrario, el error que se intenta evitar es el I.

3. Calcular el estadístico de prueba (dependerá de los datos proporcionados)

Criterios

a) Si conocemos σ (desviación estándar de la población), elegimos la distribución z.


b) Si desconocemos σ y el tamaño de la muestra es mayor de 30, se utiliza entonces una variante de z.


c) Si desconocemos σ y el tamaño de la muestra es igual o mejor a 30 se utilizará la distribución t.



4. Formular la regla de decisión.

5. Tomar la decisión.



PRUEBA DE HIPÓTESIS DE LA DIFERENCIA DE DOS MEDIAS MUESTRALES

Utilizada para decidir si las medias de dos poblaciones son iguales.

La prueba se concentra en la diferencia relativa entre las medias de dos muestras. Esta diferencia se divide entre la desviación estándar de una distribución de muestreo.

Las suposiciones para comparar dos poblaciones (muestras independientes) son las siguientes:

a) X1, X2.....,Xn es una muestra aleatoria de una población cuyo modelo probabilístico es N.

b) Y1, Y2.....,Yn es una muestra aleatoria de una población cuyo modelo probabilístico es N.

c) Las muestras aleatorias X1, X2,.....,Xn y Y1, Y2,..., Ym son independientes. Las respuestas en la primera muestra no están relacionadas con las de la segunda.

Existe la suposición implícita de que las poblaciones tienen la misma varianza.

Comparación de dos poblaciones con y

Si se desea comparar las medias y , para ese fin, se define el parámetro delta, que es la diferencia entre las medias.


Los juegos de hipótesis que interesa probar son:

a)

b)

c)

También puede utilizarse el siguiente juego de hipótesis.

a)

b)

c)

El procedimiento para realizar la prueba de hipótesis en la comparación de dos medias poblacionales a través de dos medias muestrales:

1. Planteamiento de las hipótesis.

2. Determinar el estadístico de prueba. De acuerdo a sus tamaños muestrales y si se conoce la varianza de la población se derivan en dos métodos.

a) Cuando se conoce la varianza de la población.


b) Cuando se desconoce la varianza de la población y además n y m > 30.


c) Cuando se desconoce la varianza de la población y además n y m ≤ 30.


es el estimador ponderado de la varianza.



3. Fijar el nivel de significación de la prueba.

4. Establecer la regla de decisión.

5. Realizar los cálculos.

6. Tomar la decisión.